Introducción
Voy a contaros algo un poco vergonzoso. Ayer me corté el pelo en casa. Pero no un poquito, las puntitas o el flequillo, no. Me corté bien el pelo. De llevarlo larguito a dejármelo por encima de los hombros. Y pensaréis "Está chica será peluquera". Ya me gustaría a mí. Siempre me ha gustado jugar a las peluqueras, no voy a negarlo. He hecho mis pinitos con el tinte, alisados, cortes de flequillo, hasta una vez me hice unas mechas californianas. Pero cortarme todo el cabello es otro nivel. Otro nivel de pensar que se me ha ido la cabeza por completo. Y, ¿Cómo he llegado a este punto? Pues ya puestos en faena os lo voy a contar.
Soy una persona bastante controladora. No controladora hacia los demás sino hacia mí. Si voy a meterme en algo que desconozco necesito saberlo todo. Cuando me quedé embarazada iba estudiando todo lo que sucedía dentro de mí semana a semana. Sabía qué cambios estaba sufriendo y qué cositas se le estaban desarrollando a mi bebé. Cuando se acercó el momento del parto lo estudié todo también. La fisiología del parto, métodos para aliviar el dolor, derechos de las embarazadas, evidencias científicas, etc. Y, por supuesto, antes de que naciera mi niña me había visto no sé cuántos tipos de partos, me había leído un libro sobre lactancia, en fin, quería tenerlo todo bajo control. Todo salvo mi postparto. Para eso no me preparé.
Adiós a mi melenón
Mi postparto esta siendo bastante llevadero. Tuve un parto vaginal y solo me tuvieron que dar unos puntitos de nada. A la semana de dar a luz estaba haciendo los ejercicios Kegel y a la tercera, ya estaba haciendo deporte. Recuperé mi peso en un abrir y cerrar de ojos y, como la niña se portaba tan bien, yo estaba a tope de energía. Y el pelo, que durante el embarazo estuvo precioso, seguía igual. Ni tenia grasa, ni se me caía. Estaba súper segura de que se debía a mi alimentación. Y por arte de magia, llegó él tercer mes y adiós a mi suerte. Me empezó a picar el cuero cabelludo y a salirme grasa. Fueron cayéndose pelos y, en un abrir y cerrar de ojos tenía entradas. Pelos en la ropa, pelos en la bañera, pelos en las manos de mi hija. Por ahí sí que no paso. Y como no me sobra tiempo para ir a la peluquería decidí contármelo yo.
Y después de confesar mi delito voy a contarte porqué es normal la caída del cabello durante el postparto, y qué puedes hacer para mejorar la situación (y no, no es jugar con las tijeras en tu casa). Lo primero de todo, tranquila, respira hondo y no entres en pánico.
¿Por qué se me cae el pelo durante el postparto?
La caída del cabello en el postparto es un fenómeno normal y temporal que afecta a la mayoría de las mujeres después de dar a luz. Pero no te preocupes, que todo tiene solución y tu pelo volverá a ser el de antes. O incluso mejor.
Para entender por qué se te cae el pelo en el postparto, tienes que saber que el ciclo de vida de tu cabello se compone de tres fases: la fase de crecimiento (anágena), la fase de transición (catágena) y la fase de caída (telógena). Normalmente, el 85% de tu pelo está en fase de crecimiento, el 1% en fase de transición y el 14% en fase de caída. Pero durante el embarazo, las hormonas hacen que el 95% de tu pelo esté en fase de crecimiento, lo que hace que tu melena se vea más abundante y bonita. Quizás habrás escuchado a alguna madre decir que jamás había tenido el pelo tan bonito como en su embarazo, y es cierto. A mí me aguantaba una semana el pelo limpio. Lo tenía más brillante que nunca, sin nudos y por si fuera poco, no se me caía ni un solo cabello.
Después del parto, los niveles de hormonas vuelven a la normalidad y muchos de los cabellos que habían entrado en fase de crecimiento durante el embarazo pasan a la fase de reposo y caída, lo que provoca una pérdida de pelo más abundante de lo habitual. Esto suele evidenciarse entre los 2-3 meses tras el postparto y se conoce como efluvio telógeno. Pero no te alarmes, que esto es solo una fase y tu pelo se recuperará en unos meses (yo me lo repito cada día).
Qué hacer para recuperar el cabello
Por si no te has quedado tranquila con la explicación, o incluso, te has asustado más, tranquila. Aunque es un proceso que remite por sí sólo, hay algunos consejos que puedes seguir para adelantar la recuperación de tu melena.
- Lávate el pelo con un champú suave y acondicionador, y masajea el cuero cabelludo con suavidad para estimular la circulación sanguínea. A pesar de lo que se suele pensar, se recomienda lavar el cabello con frecuencia, unas 3 o 4 veces a la semana, y cepillar bien el cabello para retirar cuanto antes los pelos muertos. Esto ayuda a acelerar el proceso. También puedes optar por productos específicos para la caída del cabello.
- Evita los peinados tirantes, como las coletas, los moños o las trenzas, que pueden dañar el folículo piloso y provocar más caída. Precisamente, si estás dando el pecho, o incluso el biberón, verás que llevar el pelo recogido es casi una necesidad. Con el corte de cabello me lo he ahorrado.
- Evita el uso de secadores, planchas o tenacillas, que pueden resecar y debilitar el cabello. Si los usas, aplícate un protector térmico antes y usa una temperatura baja. En realidad, este es un consejo que podría darse para cuidar el pelo en general.
- Evita los tintes, las decoloraciones o las permanentes, que pueden alterar la estructura del cabello y hacerlo más frágil. Si quieres cambiar de look, opta por tonos naturales o mechas que no toquen la raíz. Otra opción para las amantes de los tintes como yo, son los baños y las mascarillas de color.
- Lleva una dieta equilibrada y rica en proteínas, hierro, zinc, vitaminas y ácidos grasos esenciales, que son los nutrientes que tu pelo necesita para crecer sano y fuerte. Al igual que el calor en el cabello, es un consejo que debería seguir todo el mundo, y especialmente, las mujeres embarazadas o en el postparto.
- Toma suplementos vitamínicos específicos para el cabello, siempre bajo la supervisión de tu médico, que pueden ayudarte a frenar la caída y a estimular el crecimiento. Yo empecé a tomar un tratamiento para la caída del cabello, y junto con la dieta, un champú y un tratamiento específico para la caída, estoy notando la mejoría por días.
- Relájate y disfruta de tu maternidad, evitando el estrés y la ansiedad, que son factores que pueden agravar la caída del cabello. Recuerda que tu pelo no es lo más importante y que lo que importa es que tú y tu bebé estéis bien. Este consejo lo pongo porque es una verdad como un templo, pero me siento un poco hipócrita. Relajarse y maternidad no van mucho de la mano, y si a eso le sumamos sentirnos feas, apaga y vámonos. Aún así, no podemos olvidar que es algo pasajero.
Conclusión
En definitiva, la caída del cabello en el postparto es un drama capilar con final feliz. No te agobies ni te obsesiones con tu pelo, que pronto volverá a lucir como antes. Piensa que es un proceso natural y pasajero, que forma parte de los cambios que experimenta tu cuerpo después de traer una vida al mundo. Yo suelo pensar una cosa: Mi bebé y yo vamos a la par. Nos salen los granitos en la cara a la vez y se nos cae el pelo a la vez. Así que cuando vuelva a recuperar mi melena, ya podré hacerle coletitas a mi nena.
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