Introducción
Voy a ponerte en situación. Hace menos de un mes que diste la bienvenida a tu hermoso bebé. Los primeros días fueron duros, asuntos como tu recuperación o acostumbrarte a tu nueva vida como mamá llevan tiempo. Y ahora que el bebé parece tener ciertas rutinas, ¡boom!, por arte de magia se transforma en una bomba de relojería: está tan tranquilo, cuando se le pone el rostro rojo y comienza a llorar sin consuelo, se encuentra agitado, irritado, se lleva sus piernas hacia la tripita. Entonces, puede que tu bebé esté sufriendo de los tan temidos “cólicos del lactante”.
Los cólicos, ¿en qué consisten?
Pero, ¿Qué son realmente estos cólicos? ¿Por qué le ocurren a tu bebé? En este artículo te explicaré qué son los cólicos del lactante, cuáles son las posibles causas y, qué podemos hacer para prevenirlos.
Los cólicos del lactante son un problema común que afecta a muchos bebés. Se caracterizan por episodios recurrentes de llanto intenso o irritabilidad, que aparentemente suceden sin una causa concreta y que los padres no son capaces de resolver. Se dice que para saber si tu bebé padece de cólicos, tienen que darse estos episodios de llanto inconsolable durante, al menos, tres horas al día y unas tres veces por semana. Además, los bebés que padecen de cólicos suelen presentarlos con más agudeza a media tarde y durante la noche. Como referencia está bien, pero ya te voy adelantando que esto no ocurre así siempre. Tu bebé puede padecer de cólicos, uno, dos y hasta todos los días de la semana, incluidos festivos.
Aunque no se conoce la causa exacta de los cólicos del lactante, se cree que pueden estar influenciados por factores psicológicos y sociales, como una excesiva estimulación del bebé, y otros factores relacionados con el sistema digestivo del bebé. Los cólicos del lactante suelen aparecer a las dos o tres semanas de vida y remiten por si solos entre los 3 y 4 meses. Sobre esto ya te darás cuenta también (si tienes la mala suerte de tener que sufrirlos), de que pueden aparecer antes y desaparecer mucho tiempo después.
Síntomas de los cólicos
Como ya hemos visto, los cólicos del lactante se caracterizan por un llanto excesivo e inconsolable del bebé, que parece no tener una causa aparente. Así mismo, el bebé presenta un ceño fruncido, la tez roja, arquea la espalda y se lleva las piernas hacia su estómago en respuesta a los calambres que está sufriendo. Estos síntomas suelen ir acompañados de reflujo, hinchazón del vientre y mucho gas. Si no fuera porque es nuestro bebé y sabemos que está ¨bien¨, podríamos pensar en contratar a un exorcista.
Causas de los cólicos
- Factores psicológicos y sociales: Los cólicos del lactante pueden ser debidos a una excesiva estimulación del bebé, una respuesta exagerada o ansiosa ante su llanto, cambios constantes en la rutina diaria, así como el cansancio y la inexperiencia de los padres. Los bebés se alteran con la exposición a ciertas luces y ruidos. Así mismo, unos padres nerviosos transmitirán ese estrés al bebé.
- Factores digestivos: Las causas digestivas también se plantean como una posible causa de los cólicos del lactante. La propia inmadurez del aparato digestivo de los bebés, con mucha facilidad para que las fibras musculares del intestino se contraigan pueden generar cólicos dolorosos y dificultad para expulsar los gases. Pueden influir alteraciones en la flora bacteriana intestinal o la presencia de estreñimiento.
- Dieta del bebé y la madre: No existe una relación directa entre los cólicos y el hecho de que el bebé tome leche materna o fórmula. Sí que parece que los bebés que toman pecho tienden a padecer menos de cólicos. Por otro lado, algunos bebés presentan alergia a la proteína de la leche de vaca (APLV), provocando estos episodios de cólicos.
- Carácter del bebé: Aunque no se ha demostrado científicamente, algunos estudios sugieren que el carácter del bebé puede influir en la aparición de los cólicos del lactante. Por ejemplo, los bebés que son más sensibles o que tienen un temperamento difícil pueden ser más propensos a padecer cólicos del lactante.
Diagnóstico de los cólicos
No existen pruebas específicas para poder diagnosticar los cólicos del lactante, salvo realizar una valoración basada en los síntomas, después de descartar las otras posibles causas. Siempre que se tengan sospechas conviene acudir al pediatra para que pueda realizarle una exploración al bebé y valorar sus síntomas.
Tratamiento de los cólicos
No existe tampoco un tratamiento específico para curar los cólicos. No obstante, hay algunas medidas que pueden tomarse para prevenir la aparición o, al menos, disminuir el grado de los cólicos en el bebé.
- Alimentar al bebé con mayor frecuencia y en dosis más pequeñas. Evita alimentar al bebé en exceso, ya que esto puede causar una acumulación de gases en el estómago y provocar cólicos. En su lugar, alimenta al bebé con frecuencia y en pequeñas cantidades.
- Mantén al bebé en posición vertical después de comer. Mantener al bebé durante unos 10-15 minutos en posición vertical al terminar de comer favorece la digestión y la expulsión de los gases. Si va a estar tumbado conviene mantener una inclinación, quedando la cabeza ligeramente erguida.
- Ayudarle a expulsar los gases durante y después de cada toma. Conviene parar y hacerle expulsar los gases (echar eructos) durante la toma y al finalizarla.
- Aplicar calor en la tripa del bebé. Se puede aplicar calor seco con ayuda de un saco de semillas o un cojín eléctrico. También se recomienda envolver al bebé en un arrullo para que mantenga el calor.
- Evitar alimentos irritantes. Si estás amamantando, evita consumir alimentos que puedan irritar el estómago del bebé, como los alimentos picantes o ácidos.
- Cambiar la dieta de la madre. Si estás amamantando y tienes sospecha de que pueda tener intolerancia a la proteína de la leche, considera eliminar los productos lácteos de tu dieta durante un tiempo.
- Usar fórmulas especiales. Si estás alimentando al bebé con leche de fórmula, considera usar una fórmula especial para bebés con cólicos. Es necesario que sea un especialista el que recomiende la mejor para tu bebé.
- Mantén al bebé relajado. El estrés y la ansiedad pueden empeorar los cólicos. Puedes establecer unas rutinas relajantes por las tardes como, por ejemplo, darle un baño, utilizar un difusor de lavanda, darle un masaje relajante, etc.
- Mantenerte relajado durante los episodios del bebé. Hay que entender que los cólicos son muy dolorosos para tu bebé y que ponerse nervioso sólo puede empeorar su situación.
- Respetar las ventanas del sueño. Es importante que el bebé duerma durante el día las horas que necesita según su edad y que no pase entre un sueño y otro más tiempo del que le corresponde. De esta manera, tu bebé no llegará agotado e irritado a la tarde - noche.
- Utilizar gotas anticólicos. Existen en el mercado unas gotas específicas para combatir los cólicos. Esta solución contiene las bacterias Lactobacillus Reuteri, las cuales están en la propia leche materna y favorecen el buen funcionamiento del tracto digestivo. Existen evidencias de que el uso de estas gotas mejora notablemente los cólicos en algunos bebés.
-Realizar masajes anticólicos. Puedes dibujar suavemente con tus manos movimientos circulares, en la dirección de las agujas del reloj, sobre el vientre del bebé. También puedes probar deslizamientos suaves de un lado de su vientre al otro y de arriba abajo. También puedes “pinzar” con tu mano de forma muy suave los laterales del vientre de tu bebé y presionar ligeramente.
- Colocar al bebé en posiciones que favorecen la reducción del dolor.
Posiciones anticólicos
Algunas posiciones que pueden ayudar a aliviar los cólicos del lactante son las siguientes:
Posición de la bicicleta
Acuesta al bebé boca arriba y mueve sus piernas como si estuviera pedaleando una bicicleta.
Posición de la cuna
Acuesta al bebé boca arriba y sostén sus piernas en posición vertical, presionando suavemente hacia el abdomen.
Posición de la cuna invertida
Acuesta al bebé boca abajo sobre tus piernas y frota su espalda suavemente.
Posición de la cuna en movimiento
Sostén al bebé en posición vertical y muévete suavemente de un lado a otro.
Espero que toda esta información te sea útil para identificar si tu bebé sufre de cólicos, y poder ayudarle en la medida de lo posible. Si quieres saber cuál es mi experiencia con los cólicos de mi bebé y qué estamos haciendo para luchar contra ellos, no te pierdas el artículo:
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