¨Mujer, parirás con amor¨ es mi mayor proyecto personal. Es una especie de diario que comencé a escribir durante mi embarazo, a modo de desahogo personal, y una vez empecé a escribirlo, no pude parar. Jamás pensé que esto saldría a la luz, más bien, lo escribí como un regalo para mi hija. Quería explicarle lo mucho que había cambiado mi vida antes ya incluso de conocerla. Quería contarle mi experiencia como embarazada, mis pensamientos, mis ilusiones. Pero a medida que iba escribiendo, me di cuenta de que no sólo estaba escribiendo para ella o para mí. Quería compartir con más mujeres mi experiencia y contarles que se puede tener un embarazo feliz, sano y lleno de vida. Pero sobre todo, y por encima de lo demás, quería demostrar que se puede acabar con esa ´´verdad´´ que nos han inculcado desde pequeñas. Me refiero a que el parto tiene que ser un proceso doloroso y que tenemos que vivirlo con miedo. Juntas podemos transformar la frase ¨Mujer, parirás con dolor¨ en ¨Mujer, parirás con amor¨.
Voy a ser mamá. Estoy embarazada de 35 semanas + 6 días, o lo que es lo mismo de unos 8 meses. En el momento en el que te quedas embarazada, tu unidad de medida del tiempo se convierte en semanas y un piquito de días. En verdad no es que en tu nueva condición de mujer gestante y poli hormonada sientas la necesidad de medir el embarazo de esta forma, de hecho, al principio es un lío.
Si estás embarazada de 12 semanas será un trimestre, ¿no? Pues no, el primer trimestre abarca unas 14 semanas. Y, ¿desde cuándo estoy embarazada? Desde el día en que mi óvulo decidió que era digno de ser fecundado, o bueno, al revés pudiera ser también. Desde el día en que mi óvulo decidió que el padre era digno de aportar su “semillita”. Pues tampoco. Vas a tu primera cita con la matrona, te pregunta la fecha de tu último periodo y empieza a contar desde ahí. Total, que no te queda más remedio que tirar por el suelo tu forma de medir el tiempo y empezar a contar en semanas con piquitos de días. Los piquitos sólo hasta los 6 días porque el séptimo se considera la siguiente semana más 0 días. En eso, las semanas miden los mismos días para las embarazadas que para el resto de mortales. Menos mal.
Teniendo en cuenta que lo “normal” es que una gestación llegue a su final entre las semanas 39-41, pronto le veré la carita a mi pequeña. Lo de normal lo pongo entrecomillado porque más adelante hablaremos de cómo esta palabra también adquiere un significado diferente en el embarazo.
Volviendo al principio, voy a ser mamá. Futuro cercano. En nada seré mamá. A ver, ya soy mamá, siento a mi pequeña, le hablo, le acaricio, me preocupo por ella. En realidad, siento que soy mamá desde que supe que estaba embarazada. Y lo sé desde muy prontito porque una madre sabe que está embarazada, lo siente en su interior. Siendo honestos, en mi caso lo supe porque mi regla sí cumple con su unidad de tiempo cada mes. Con un día de retraso ya me saltó la alarma, con dos pensé “hui…que raro”. Al tercero me mareé en el coche (algo raro en mi), y al cuarto no había duda. Blanco y en botella, leche materna. Aún así, hay que hacerse la prueba, no vaya a ser que esté pasando algo diferente.
En resumen, puedo decir que soy madre desde el día que supe que estaba embarazada. ¡Espera! Entonces, soy madre desde hace algo más de tiempo. Ya estuve embarazada antes. Éste es un tema del que hablaré más adelante, es una historia triste y ahora estoy hablando de algo que me hace muy feliz. Además, soy una profesional y no quiero irme por las ramas (escribiendo desde el sofá de mi casa). ¿Qué ya me he ido por las ramas? Bueno, no pasa nada, es “normal” en las embarazadas, estamos algo despistadas.
Acabo de consultar el significado de madre en la RAE para asegurarme de que entiendo el concepto. Entre sus múltiples definiciones están las de “mujer que ha concebido o ha parido uno o más hijos”, “mujer en relación con sus hijos” y “mujer con cualidades atribuidas a una madre, especialmente su carácter protector y afectivo”. Pues sí, cumplo los requisitos para oficialmente considerarme una madre. No hay un solo día que no me despierte por la mañana, y, a pesar de que haya tenido a mi pequeña bailando rumbas toda la noche, me ponga las manos en la tripa esperando a que me dé los buenos días. Sin esa señal no me levanto. Eso sólo lo haría una madre. He ojeado otras definiciones y entre ellas está la de “alcantarilla o cloaca maestra”. Mi madre solía decirnos que la tratábamos cómo si fuera una basura, algo tendrá que ver. Y, por último, me quedo con esta definición. “mujer que ejerce de madre”. De pequeña solía recoger caracoles de la calle, me los llevaba a casa, los ponía en una caja de cartón con lechuga y los cuidaba hasta que mi madre se cansaba y los devolvía a la hierba. Algunas veces me los metía en el bolsillo del pantalón y acababan en la lavadora, eso sí, limpios y fresquitos. Tampoco les preguntaba a los pobres caracoles si querían venirse conmigo o si necesitaban una madre que los cuidara, pero, en fin, era pequeña e inocente. Durante años me he pasado los caracoles que me encontraba por medio de la calle y dejándolos en jardines para evitar que los pisara la gente. De alguna manera inconscientemente necesitaba limpiar mi culpa. Ahora que tengo una terraza llenita de plantas vienen los caracoles a destrozarlas. El karma.
Siendo más mayor una vez rescaté un gorrión. No me lo llevé del nido sin preguntarle si prefería vivir conmigo. Un señor lo trajo a la clínica veterinaria dónde estaba haciendo prácticas diciendo que lo había recogido del suelo y que no encontraba a la madre. Probablemente, el nido estaría muy cerca de donde se había caído el pobre pollo y de haberlo dejado la madre habría ido a buscarlo. O no. El caso es que nadie más quiso hacerse cargo y me lo llevé a casa. Lo cuidé hasta que se convirtió en un gorrión adulto, aprendió a volar conmigo (realmente es algo innato en ellos, pero me gusta pensar que yo aporté algo) y cuando estuvo preparado para ser libre lo soltamos. Vale, esto no me convierte en madre como tal, hay muchas personas que hacen esto mismo y más, pero si seguimos la definición de la RAE podría valer. Si dentro del concepto de madre está esa necesidad de cuidar de otros, protegerlos y criarlos, he sido madre desde que tengo uso de razón.
Espera, ¿Alguien habrá estudiando el comportamiento de los bebés mellizos dentro del útero? Me refiero a si hay alguna diferencia en la relación entre un niño y una niña durante la gestación. No sé porqué me estoy planteando esto y si tiene algún sentido, pero a lo mejor, y sólo a lo mejor, también una es madre ya antes de nacer. Por otro lado, soy zurda y me estoy acordando de que en un documental que vi hace años en el colegio, explicaban una teoría de que las personas zurdas podrían haber tenido un mellizo que murió al poco tiempo de ser fecundado. No me acuerdo muy bien, pero tenía algo que ver con el efecto espejo y era una posible teoría para explicar porqué existimos los zurdos. Igual me lo estoy inventando y ni siquiera iba de eso. Cosas de embarazadas, es “normal” que nos falle la memoria. Y ahora sí, me he ido por las ramas de una manera colosal.
En resumen, una puede considerarse madre desde el momento en el que lo sienta. Yo siento que siempre he tenido una parte de mí que necesitaba cuidar de otros, no necesariamente de un bebé humano.
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